Limpiando marcadores del browser, encontré estos articulos interesantes…buenas lectura!

 

1) “Intercabio de Parejas”, del 2007!  Cuanto habrá cambiado todo, la aceptación general, como nos perciben? 

 

La palabra ‘swinging’ hace referencia al intercambio de parejas en reuniones que tienen como finalidad la actividad sexual, estos encuentros se contemplan como cualquier otra actividad social para parejas.

El fenómeno puede considerarse como parte de la revolución sexual de las décadas recientes, en épocas doradas donde todavía no amenazaba la sombra del sida. En el pasado era referida como ‘intercambio de esposas’. Sin embargo, pronto fue considerado un nombre arcaico y demasiado androcéntrico o machista. Unido al hecho de que no describía realmente toda la gama de actividades sexuales en que los ‘swingers’ participan. Entre las actividades que se establecen en las reuniones de ‘swinging’ se encuentran el exhibicionismo y el voyeurismo, como partes integrales.

El grado de participación en las reuniones de swinging puede variar bastante. Está el ‘soft swinging’ o ‘soft swap’ ?intercambio ligero? y que sólo implica besos, caricias y sexo oral con una tercera o cuarta persona, pero no penetración o coito… El intercambio ligero puede producirse por medio de tríos, sexo en grupo o el intercambio literal de parejas.

Ilustración:Ricardo Fumanal

El ‘full swap’ ?o intercambio completo? conlleva coito con alguien distinto a tu pareja. Aunque se supone que es éste uno de los fines del ‘swinging’, eso no implica que sea la forma más común. El sexo en grupo puede implicar a todos los presentes en la reunión. Realmente un aspecto clave del concepto de ‘swinging’ es que las parejas lo son y tienen un compromiso con cada cual. Una buena parte del morbo tiene que ver con el sentido de posesión, el cual se relaja para permitirse ir con otra persona y para consentir que tu pareja también lo haga.

Una pareja nos contó que fueron, en plan de exploración, con unos conocidos a un club de este tipo, que la cosa se animó y con unas copitas de más y a lo tonto, a lo tonto la velada acabo en un intercambio. Desde ese momento, no saben muy bien por qué esas personas les rehuían y no volvieron a salir con ellos. En algunas ocasiones, está comprobado que después de intensas y fogosas intimidades pueden venir frialdades extremas.

La práctica del ‘swinging’ parece que está extendida por todo el mundo y cuenta con una infraestructura tanto privada como profesional. Existen clubes específicos para este tipo de actividad y el uso de Internet la ha facilitado.

El ‘swinging’ implica, a priori, un altísimo grado de confianza en la propia persona y en la pareja ?así como un fuerte compromiso mutuo?. Lógicamente, si la pareja ya muestra grietas en la relación, el ‘swinging’ puede causar demasiadas tensiones y conflictos que llegan a ser insuperables. Asimismo, es necesario que la motivación de ambas personas en la pareja sea similar. En los casos en que una de las partes es arrastrada por la otra, la experiencia para la persona que lo hace para ‘salvar su matrimonio’ puede ser bastante traumática según nuestra visión. Entended que somos terapeutas sexuales y a nosotros vienen a vernos cuando la cosa sale mal.

¿Has participado en reuniones de ‘swinging’? ¿Has tenido sexo en grupo? ¿Qué opinas del intercambio de pareja? ¿Te seduce la idea de intercambiar parejas? ¿Te parece que la vida en pareja ya es bastante complicada como para hacer experimentos? ¿Te han propuesto alguna vez un intercambio de parejas?

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2) Articulo sobre la adiccion al sexo:


MADRID.- ¿Existe la adicción al sexo o no es un problema real? Lo que hasta ahora era para muchos un mito o un cuento chino, la excusa perfecta en la que se escudaban famosos como el actor Michael Douglas o el golfista Tiger Woods para justificar sus infidelidades, es, desde este mes, una enfermedad reconocida por la literatura científica. La nueva edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM 5), la ‘biblia’ de la Psiquiatría mundial, ha incluido por primera vez en sus páginas la adicción al sexo, a la que denomina clínicamente como trastorno de la hipersexualidad, y da las claves para identificarla.

Un reconocimiento que llevaban mucho tiempo esperando los afectados por este problema –aproximadamente un 6% de la población, según la cifra que manejan los sexólogos– que saben desde hace años que su adicción no es un invento, que la vergüenza que se dan a sí mismos por la búsqueda insaciable de placer, de tratar de satisfacer rápidamente sus continuos deseos a través de una conducta reprochable ante los ojos de la mayoría y los suyos propios, no es algo imaginario.
Lo que establece el manual psiquiátrico es que “se trata de un trastorno obsesivo compulsivo. Quienes lo padecen no pueden controlar sus pensamientos ni sus actos repetitivos”, explica a ELMUNDO.es el psiquiatra Luis Rojas Marcos, afincado en Nueva York. “Cualquier tipo de obsesión que interfiera en la capacidad de la persona para llevar una vida normal, que le perjudique en sus relaciones personales y laborales, es una patología. En este caso la obsesión se canaliza a través del sexo de forma tan intensa que el propio afectado es consciente de que tiene un problema”, añade este experto.
Esta definición de la hipersexualidad da la razón al doctor Patrick Carnes, uno de los mayores defensores de la adicción sexual como problema, que siempre ha mantenido que “al igual que un alcohólico es incapaz de dejar de beber, estas personas son incapaces de parar su comportamiento sexual autodestructivo”. Propietario de la clínica Pine Grove Behavioural Centre de Misisipí (EEUU), donde Tiger Woods se está sometiendo a una terapia para curar su adicción y redimir sus pecados, Carnes afirma que “los sexoadictos pueden provenir de todas las clases sociales. Afecta tanto a políticos y empresarios como a los trabajadores de una fábrica”.

“Esta adicción interfiere en la vida normal y perjudica las relaciones personales y laborales”


Y no es algo solamente masculino. “También se da en las mujeres y acuden a consulta por ello, aunque en menor proporción que los varones”, reconoce la doctora Rosario Castaño, psicóloga clínica y sexóloga del Instituto Palacios.
A pesar de su inclusión en el DSM 5, sigue sin haber consenso sobre el tema en la profesión. “Respecto a la adicción al sexo hay mucha más especulación que ciencia“, confirma Rosa Abenoza, sexóloga del Instituto de Medicina Sexual. “Es muy difícil determinar cuánto es demasiado, cuándo una vida sexual muy activa puede considerarse una adicción”, explica Iván Rotella, de la Asociación Española de Profesionales de Sexología. Opinión que comparte Vicent Bataller, del Instituto Valenciano de Sexología y Psicoterapia Analítica. “En cuestión de sexo, no hay límites. Si tienes muchas relaciones, pero te sientes bien contigo mismo y no sufres por ello, no hay problema”, argumenta.
“Se trata de uno de los trastornos psiquiátricos más serios pero más olvidados“, recoge el manual de referencia. Hace 200 años que la literatura médica habla de casos de sexoadictos. Según Rojas Marcos, “esto ha existido siempre, lo que ocurre es que hoy en día hay menos tabú al respecto”.

Los síntomas

¿Cómo se distingue a un adicto al sexo? Aunque cada caso es particular, tienen características comunes. Necesitan satisfacer sus deseos carnales más que cualquier otra cosa, aunque después se sienten mal. Para dar rienda suelta a sus fantasías no dudan en masturbarse de forma compulsiva y consumir mucha pornografía –en revistas, televisión o internet–. Son promiscuos y aficionados a los encuentros de una sola noche, ya sea con personas a las que conocen en algún local o bien recurriendo a la prostitución. Y, en muchas ocasiones, no se protegen, por lo que tienen más riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual y de provocar un embarazo no deseado.

El exhibicionismo y el voyeurismo son otras de las aficiones de estos pacientes que, en último extremo, pueden incluso llegar a cometer una violación, aunque son los menos. Todas estas conductas tienen consecuencias negativas para el afectado, que van desde un divorcio hasta la pérdida del trabajo.
Existen algunos test para facilitar el diagnóstico. El manual psiquiátrico incluye uno, pero antes la prueba de referencia era el SAST (Test de la Adicción Sexual), una herramienta desarrollada por un consorcio de hospitales, terapeutas y voluntarios consistente en 45 preguntas para responder sí o no. Entre ellas figuran: ¿Tienen tus padres problemas con el sexo y la sexualidad? ¿Te ha creado tu actitud sexual algún problema familiar? ¿Ocultas a los demás tus actos sexuales? ¿Crees que controlas tu deseo? ¿Es el sexo lo más importante de tu vida? ¿Has utilizado internet para buscar citas? ¿Has pagado para tener sexo?, ¿Has mantenido varias relaciones amorosas al tiempo? ¿Después de una relación, reniegas del sexo algunos meses?

El tratamiento

Una vez reconocido el trastorno, que es el primer paso para curarlo, hay que buscar ayuda. Existen múltiples opciones, desde los centros privados y carísimos que abundan en Estados Unidos, la alternativa preferida por los famosos, hasta las asociaciones que dan apoyo de forma gratuita. Es el caso de Sexólicos Anónimos o Sexoadictos Anónimos (su homóloga en EEUU), creadas a imagen y semejanza de Alcohólicos Anónimos. “No hay cuotas ni honorarios. No fijamos un número fijo de personas que pueden acudir a las reuniones ni distinguimos por género. Tampoco analizamos las causas personales de la adicción. Lo único que ofrecemos es el programa de recuperación de los 12 pasos, el mismo que se emplea para dejar la bebida”, explican a desde esta última, que se fundó en 1977.

“Se trata de un asunto históricamente controvertido, en el que apenas se está empezando a investigar”


¿En qué consiste el tratamiento? Aunque cada maestrillo tiene su librillo, lo más común es combinar la terapia cognitiva conductual, tanto individual como en grupo, para ayudar al paciente a controlar sus impulsos, con el asesoramiento sexológico y algunos fármacos, como los parches antitestosterona o pastillas para calmar la ansiedad.
No obstante, los especialistas admiten que todavía se conoce muy poco sobre cómo el cerebro reacciona ante un trastorno de hipersexualidad. “Parece que hay estudios neurobiológicos que apuntan a que podría haber algún tipo de disfunción de los neurotransmisores –dopamina y del sistema opiáceo– que daría lugar a algún tipo de síndrome de la recompensa insuficiente”, indica la doctora Abenoza. Pero tal y como recuerda, se trata de un campo “históricamente controvertido”, en el que apenas se está empezando a investigar.

 

 

 

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Estrenando esta sección, queremos compartir con vosotros cuatro ariculos interesantes acerca del mundo swinger.  Los dos enlaces siguientes son relatos de experiencias vividas por parejas reales en un club swinger:

http://www.marie-claire.es/pareja/articulo/swingers-por-un-dia-lo-que-vimos-en-un-local-liberal

http://elpais.com/diario/2011/02/13/eps/1297582010_850215.html

No olvidemos que cada relato esta contado apartir de las experiencia vividas por cada pareja (es decir cada persona vive su propia experiencia apartir de sus gustos y limites).

Para aquellas parejas que aun son novatas y no se han atrevido a visitar un local swinger, os vendra muy bien ojear los dos siguientes articulos:

http://zabalaaldia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=25111:swingers-en-espana-el-intercambio-de-parejas-esta-de-modabuenosigo-en-los-mina&catid=50:curiosidades

http://rivas.kallejeo.com/adultos-en-rivas-vaciamadrid/articulo/los-swingers-club-sexo-liberal

Tambien podeis encontrar algunos consejos particulares en nuestra sección “consejos a parejitas“.

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